martes, 3 de junio de 2014

¿Quién es la que cabalga tan tarde con el viento en la noche?
Erlkönig, Goethe.

Hace casi 20 años, recoriendo Kiev me entero de la existencia de un barranco, en la afueras de esa ciudad, conocido con el nombre de Babi Yar. Allí fueron asesinadas en unos pocos días de septiembre de 1941, entre 100 y 150 mil personas.

Mucho tiempo después me topé con un video (que incluyo más abajo) rescatado de la cámara de un joven oficial nazi que registró lo ocurrido. Seres humanos que bajan de los camiones. Les hacen cavar sus propias tumbas, los hacen parar al lado. Les disparan. A otros los llevan hasta el barranco, los hacen tirarse sobre la tanda de cadáveres anteriores. Les disparan.

De Babi Yar solo hay registro de una mujer que resiste, que intenta huir con su bebé y son asesinados en el intento.



Qué es lo que lleva a aceptar con esa mansedumbre el destino. Porqué no negarse a cavar la propia tumba. Porqué no escupir a los asesinos. Porqué no maldecirlos. Porqué esperar el disparo en la nuca.

En el final de La Patagonia rebelde, el alemán Pablo Schulz se niega a cavar su tumba mientras sus compañeros de destino lo hacen en silencio.

Para lograr ese estado mental de entrega primero hay que quebrar a la persona. Pero fundamentalmente alentar la esperanza. La esperanza de que pasará algo que evitará lo que parece definitivo. Que no es cierto lo que parece que está pasando. No sé, no lo tengo claro.



Viene al caso porque me cuesta entender cómo es posible que miles de jubilados argentinos, condenados a la más espantosa de las penurias en el momento más vulnerable de su existencia, sin nada, absolutamente nada por ganar ni esperar no se tiran bajo un tren o se arrojan de un edificio. Porqué no son los viejos los que encabezan las protestas sociales. Porqué uno entre millones no se inmola junto a los que estime, son los responsables de su mísera existencia.

El ser humano es fuerte. El cerebro está entrenado luego de dos millones de años de evolución para mantenernos vivos. A cualquier costo. Un minuto más. Algunos segundos. ¿Será eso?

Leo aquí que "la esperanza como sentimiento tiene su aspecto negativo porque quien la posee vive fuera de su época (contando con un futuro aún inexistente). Quién tiene esperanza puede abandonar lo que realmente tiene para apoderarse de algo que quizá nunca tendrá. También es cierto que los más esperanzados son aquellos que padecen de un temor. Ambos sentimientos se complementan y ahí cabe preguntarse: ¿No sería bueno combatir el temor en lugar de ocultarlo con la esperanza?

Reconozco que estoy proponiendo algo difícil, sobre todo en una cultura que patrocina el miedo y la esperanza de la mayor cantidad de personas, pero usted que me está leyendo, ¿no viviría mejor si pudiera superar los miedos y dependiera menos de la esperanza?"




Recomiendo detenerse a partir del minuto 2.21


En "La Noche" (El Aleph, pag. 41), Eli Wiesel relata con crudeza ese sentimiento de mejor aguantar: "Aquí y allá oí murmurar: - Hay que hacer algo. No tenemos que dejarnos matar, ir como ganado al matadero. Tenemos que rebelarnos.

Entre nosotros había algunos muchachos fuertes. Llevaban puñales consigo e incitaban a sus compañeros a arrojarse sobre los guardias armados. Un joven decía:
- Que el mundo conozca la existencia de Auschwitz. Que la conozcan todos los que todavía pueden salvarse de venir aquí.
Pero los más viejos imploraban a sus hijos que no hicieran tonterías
- No hay que perder la confianza, aunque la espada esté suspendida sobre nuestras cabezas. Así hablaban nuestros Sabios".

La autora del fragmento que sigue es Hélène Berr, (Diario, Anagrama, pag. 185) es el relato de una joven judía de París que reflexiona sobre la posibilidad de ser deportada y morir. En marzo de 1944, pocos meses después de esta anotación en su diario, sería enviada a Bergen Belsen y de allí a Auschwitz, de donde no regresaría:

"Miércoles 27 de octubre (1943). Cuando escribo ´desaparecer´ no pienso en mi muerte, porque quiero vivir; siempre que esté en mi mano. Hasta deportada pensaría constantemente en volver. Si Dios no me quita la vida, y si, lo que sería muy malvado, y la evidencia de una voluntad no ya divina, sino del mal humano, los hombres no me la arrebatan.

Si esto ocurriera, si estas líneas son leídas, se verá claro que esperaba mi destino; no que los haya aceptado de antemano, porque no sé hasta qué punto puede llegar mi resistencia física y moral bajo el peso de la realidad, sino que me lo esperaba".


Finalmente, Franz Wander en "El séptimo pozo" (Galaxia Gutenberg, 2007, pag. 104) cuenta como ficción lo que vio mil veces: "Sólo algunos se rebelan: ¿Por qué no os defendéis? ¿Por qué corréis como carneros hacia vuestra propia destrucción? Pechmann es uno de los que se rebelan. Negocia con los funcionarios franceses, no se ve a ningún alemán. Habla con los representantes de la Cruz Roja, que inspeccionan el campo continuamente, pero nada pueden hacer. Lucha para que no desgarren a las familias, para que no manden a una madre que ha perdido a su hijo en el tumulto. Grita, maldice, convence, consuela. Y por las noches baila con Mariana. Se toman de las manos con fuerza, se miran a los ojos como si quisieran sumergirse en ellos para siempre.

Un día llaman a Mariana. Pechmann la retiene. Espera, le dice, no vayas, no te presentes, no podrán encontrarte entre las masas. Hablaré con los funcionarios, conseguiré que te dejen libre, voy a obtener un aplazamiento, conozco a gente influyente aquí. Huiremos juntos, nos iremos a las montañas…
Ella le pone la mano en la boca y sonríe dolorosamente. No, dice ella, déjame, tengo que ir. Él sabe por qué. Ella se lo ha dicho cien veces: su madre, su padre y tres hermanos están allí. Se va. Y a partir de ese día, Pechmann ya no se rebela. Una semana más tarde, cuando dicen su apellido, cruza en silencio la entrada del silo veinte".

Puede que también tenga que ver la ideología, pero tampoco estoy seguro. Las experiencias de resistencia al nazismo en campos o territorios ocupados, ampliamente, fueron dirigidas y protagonizadas por comunistas. También existió el levantamiento del Gheto de Varsovia.


Cafrune en Purmamarca, Jujuy.

36 gronchos opinaron antes que vos :

Hegeliano dijo...

Me queda algo, que los jubilados son untermeschen para los gobiernos. Bocas que alimentar sin contraprestacion.

Gabi dijo...

Hace mucho que estaba esperando este post. Es probablemente el más interesante de todos los que hayas escrito.

Vos mencionaste dos elementos: el quiebre de la persona y la esperanza, y pusiste el acento en la segunda. Yo sospecho que el quiebre producido por el hambre, el acoso, el frío, el dolor y todo el sufrimiento previo al que es sometido el perseguido diluye las posibilidades de generar respuestas racionales. La única estrategia es el minuto siguiente, no se si el espíritu tiene fuerzas para pensar más allá.

Y esto mismo sucede a diario en menor escala, con padecimientos menos obvios que una invasión nazi, pero que se van acumulando y pesan en el alma hasta que la gente ya no da más.

Muchas, muchas gracias por escribir estas cosas.

Gabi dijo...

Me olvidé de una cosa: todo el tiempo pensaba en Pasqualino Settebellezze, la película de Lina Wertmüller. Ahí está la supervivencia por sobre todas las cosas, el tipo no permite que lo quiebren jamás. Pero pequeño detalle, sobrevivir tiene costos demasiado altos. Que el tipo paga conscientemente, del principio al fin, no deja ni una indignidad ni ridiculez ni bestialidad sin cometer, todo por seguir viviendo.
Al final la alemana jefa del campo de concentración le dice: ustedes los italianos son como cucarachas, van a sobrevivirnos a nosotros.
Si mal no recuerdo, el personaje del español anarquista que hace Fernando Rey se arroja a un pozo negro, pero no sin antes hacerles un corte de manga a los nazis. Dice algo así como: antes que estar con ustedes me tiro en la mierda, no me matan ustedes, me mato yo.
Pasqualino vive para concretar su objetivo de ver nacer a sus hijos, a sus nietos y bisnietos. La pregunta es si sólamente se puede sobrevivir mediante la indignidad, pero es una película italiana así que ya se sabe que la respuesta es la del humor más negro posible.

Hyspasia dijo...

Mr. Groncho:
Las imágenes de Ucrania siempre me impactaron. Esos capítulos de NatGeo no sé cuántas veces los vi. Y siempre le encuentro tela nueva para cortar.
Este episodio en particular es muy rico en consecuencias. El locutor en off luego dice (si recuerdo bien) que los soldados alemanes se enfermaron y descompusieron por la matanzas y Goebbels mandó un cable a Berlín diciendo que ese método de asesinatos masivos no serviría porque los soldados no lo toleraban. Lean bien, la oposición vino de los ejecutores, no de las víctimas. Le dieron bola a Don Goebbels e inventaron los campos de concentración y las cámaras de gas.
Eso también destruye un mito y es que nadie sabía nada y que todos estaban de acuerdo.
No, no es verdad. Y por eso los nazis gastaron tanto dinero (construir y mantener campos de concentración, construir los hornos, pagar el gas, pero más caro aún distraer soldados, oficiales y ferrocarriles de la contienda, etc.). Gastaron mucho dinero en OCULTAR lo que hacían, porque cuando quisieron hacerlo baratito (fosa y fusil), no lo bancaron.
Me acordé mucho de este video, con los levantamientos de Kiev. El documental muestra cuán estúpida puede ser la gente.
Ucrania se rinde mansamente a los nazis (se ve claro en el video), porque con eso se libraban de Stalin. Cualquiera hubiera reaccionado igual. Sin embargo, en lugar de asociarlos y sumarlos como aliados, los despreciaron y finalmente, Ucrania terminó siendo su ruina (porque tuvieron que avanzar sobre Rusia para mantener Ucrania). Ucrania=trigo.

La esperanza traiciona, porque te hace ver con lentes rosas al nuevo, así pensaron los ucranianos que querían liberarse de Stalin, y así sufrieron los pobres indios que recibieron con los brazos abiertos a Pizarro y a Cortés. Pobres.

Así nos pasó a todos nosotros, en cada votación, que creemos que nos va a liberar de...(completar a gusto), que es reemplazado por alguien peor.

Lo de los jubilados es indescriptible, como dice Hege, untermeschen. Pero para todos, no sólo para el gobierno, porque la falta de solidaridad es agobiante. No sólo no les pagan, también los dejan que los maten en sus propias casas. Un delito extremadamente sencillo de perseguir (¿ningún tarado deja huellas digitales? No lo creo) y no lo castigan.

TG, un placer que haya retomado el hábito de escribir aquí. Lo extrañamos mucho, mucho.

Me mató la frase de Gabi "esto mismo sucede a diario en menor escala, con padecimientos menos obvios que una invasión nazi, pero que se van acumulando y pesan en el alma hasta que la gente ya no da más". Me mató.

Un abrazo y gracias

Hyspasia dijo...

¡Ah! me olvidé. Muy lindo Cafrune.

MM dijo...

Muy interesante Gabi. La verdad es que no tengo claro nada sobre este tema, pero me parece que tiene que ser así. Simplemente me rompe la cabeza. Trato de no valorar o juzgar posiciones morales, precisamente porque al corresponder a las personas es imposible hacerlo con alguna utilidad.

Gabi dijo...

No, desde ya que no hay una intención de juzgar nada. En esas situaciones cada uno hace lo que puede, lo más interesante es tratar de entender cómo y por qué parecerían no poder resistirse o rebelarse.

Gabi dijo...

No, desde ya que no hay una intención de juzgar nada. En esas situaciones cada uno hace lo que puede, lo más interesante es tratar de entender cómo y por qué parecerían no poder resistirse o rebelarse.

Hegeliano dijo...

Mr TG te recomiendo a Anthony Beevor en su libro "La II Guerra Mundial" se hace las mismas preguntas que vos y le dedica por lo menos un capitulo a lo mismo.

Ahora para Gaby, algunos pasaron frio privaciones y hambre antes de morir, muchos salieron de su casa con todo, comida abrigo familia y asi marcharon en pocas horas a la muerte, abrigados alimentados y creyendo. Cuenta Beevor que las gitanas en Bergen Belsen vivaban a los alemanes antes de entrar a la cámara de gas, contentas por la "calidad" del albergue donde iban a entrar. Obviamente era un decorado que tapaba los hornos y las cámaras de gas.

Creo que creer era el motor de su propia desgracia. Creian hasta en los que los estaban matando.

MM dijo...

Gracias Hege, ahora lo busco!

MM dijo...

Hyspasia, un placer leer sus comentarios.

MM dijo...

Hyspasia, un placer leer sus comentarios.

OliverX dijo...

Es un dilema que me acosa desde muy chico. Las veces que he estado en encrucijadas, he actuado con valentía en algunas oportunidades, y con temeridad en otras.
La esperanza es un impulso y un lastre a la vez. Creo que hay situaciones que nos ayuda a superarlas y otras que nos aleja de la realidad como bien vos decís.

Sin embargo, sin esperanza no hay nada más que la cruda realidad de la falta de un fin o un sentido en todo lo que nos rodea. Y cuando digo todo, es todo.

Y Nietzsche se mató.

José Luis dijo...

Traducido como puedo.
"El contraste entre el heroísmo israelí y la sumisa mansedumbre con la cual los judíos fueron a su muerte -- llegando a tiempo a los puntos de transporte, caminando con sus propios pies a los lugares de ejecución, cavando sus propias tumbas, desvistiéndose y haciendo ordenadas pilas con sus ropas, y tendiéndose lado a lado en el piso para que les disparasen -- parecía un punto interesante, y el fiscal, preguntando a un testigo tras otro "¿Por qué no protestó?," "¿Por qué abordó ese tren?," "Eran quince mil personas ustedes, frente a sólo unos cientos los guardias, ¿por qué no se amotinaron y los atacaron," lo elaboró todo lo que pudo. Pero la triste verdad de la cuestión es que estaba encarando mal el tema, ya que ningún grupo o pueblo no-judío se había comportado diferente. Hace dieciséis años, y todavía bajo el impacto directo de los eventos, David Rousset, un ex-prisionero de Buchenwald, describió lo que sabemos que sucedió en todos los campos de concentración: 'El triunfo de las SS requiere que la víctima torturada permita ser guiada al cadalso sin protestar, que renuncie y se abandone a sí mismo al punto de dejar de afirmar su identidad. Y esto es por algo. No es que los hombres de la SS desean esta derrota gratuitamente, por puro sadismo. Ellos saben que el sistema que logra destruir a su víctima antes de que ésta arme su andamiaje (...) es, sin comparación posible, el mejor para esclavizar todo un pueblo. Para someterlo. Nada hay más terrible que estas procesiones de seres humanos yendo como marionetas hacia su muerte" (Les lours de notre mort, 1947). La corte no recibió respuesta a esta cruel y tonta pregunta, pero uno podría haber encontrado fácilmente una respuesta si hubiera permitido a su imaginación morar por unos minutos en el destino de aquellos judíos holandeses que en 1941, en el viejo barrio judío de Amsterdam, osaron atacar un destacamento de la policía de seguridad alemana. Cuatrocientos treinta judíos fueron arrestados en represalia, y fueron literalmente torturados hasta la muerte, primero en Buchenwald y luego en el campo austríaco de Mauthausen. Durante meses enteros murieron mil muertes, y todos y cada uno habrá envidiado a sus hermanos en Auschwitz e incluso en Riga y Minsk. Existen muchas cosas considerablemente peores que la muerte, y las SS se aseguraron estas cosas nunca estuvieran muy lejos de las mentes e imaginación de sus víctimas."

Hannah Arendt, Eichmann en Jerusalén, Reporte sobre la banalidad del mal.

Hegeliano dijo...

http://uploaded.net/file/xo3mg23b

José Luis dijo...

Genio, Hege.

Unloaded & "in-Kindled".

JL

José Luis dijo...

Groncho, seguí volviendo por favor.
Abrazo, JL.

Max A Secas dijo...

Con la ilusion social se abandona gran parte del instinto de supervivencia. Un condicionamiento que te dice que no reacciones como un animal acorralado te sirve hasta que la cosa se descajeta.

Hegeliano dijo...

Aca esta lo que decia:


Los actos gratuitos de sadismo no haclan mas que propi-
ciar eI estado de shock de las víctimas, reduciendo las posi-
bilidades de que en eI último minuto trataran de rebelarse.
Pero los guardias en cuestión también los practicaban para
experimentar un placer monstruoso y perverso. Un tal
«Zepf», guardia de la SS que destacaba por su gran corpu-
lencia, era capaz de coger a una criatura por las piernas «co-
mo si empuñara una porra», y aplastarle la cabeza contra eI
suelo. Después de ser obligadas a acceder a una tercera
plaza, las víctimas se encontraban con una fachada de
madera y piedra, parecida a la de un templo, tras la cual se
ocultaban las cámaras de gas. Por lo visto, un grupo de in-
genuas gitanas, que aún no imaginaban la suerte que las esperaba,
se pusieron a aplaudir maravilladas mientras contemplaban
el edificio, lo que, al parecer, provocó grandes carcajadas en
tre los guardias ucranianos y los hombres de la SS que las
vigilaban.


Anthony Beevor La II Guerra Mundial

Alvaro Tomas dijo...

Excelente post y excelentes comentarios. Lo paradójico es encontrarme con este tema tan profundo viniendo de la superficialidad divertida de Twitter. Solo un pequeño agregado. En el libro de Bonasso "Recuerdos de la muerte" hay una muy buena descripción del miedo a la fuga de los presos. El dilema entre ponerse en riesgo en un escape contra quedarse y "esperar" una solución de otro tipo. Me vienen a la cabeza ahora decenas de casos donde surge el dilema "rebelión vs esperar el cambio". La prosaica metáfora de la rana en la sartén. Un gusto enorme. Álvaro

Anónimo dijo...

Como dijeron "esperanza", sólo quería traer al tema a la siempre mencionada y siempre mal interpretada Caja de Pandora de los griegos: la caja del mito contenía todos los males del mundo, no todos los males del mundo y algo bueno al fondo. La esperanza es algo malo, porque si el destino es el capricho de unos dioses juguetones que tienen como entretenimiento hacer padecer a los seres humanos y el individuo es un pequeño hilo de una trama determinada de antemano y que se mueve por fuerzas que escapan de todo posible actuar, la esperanza no tiene ningún lugar. Sólo eso, compartir que los sabios griegos ya decían que la esperanza es mala cosa.

Hyspasia dijo...

Gracias Hege por la cita. Gracias José Luis por el texto.

Maria D dijo...

Siempre pensé que si hubiera tenido la desgracia infinita de nacer en Cuba no hubiera tenido hijos. No comprendo por qué la gente que vive presa en una dictadura le da hijos al regimen para que sigan siendo esclavos. Mucho menos comprendo por qué tienen hijos los que viven en un agujero del infierno como Corea del Norte.
Pero pueden tener razón: es la esperanza.

Hegeliano dijo...

De nada JL aca no se consigue ni en figuritas. Hay mucho material ahi.

Poco tiempo antes de la rendicion final, tuvieron que sacarlos de las fosas y quemarlos al aire libre, no querian dejar pruebas, http://es.wikipedia.org/wiki/Sonderkommando_1005

PD: Otro dia TG escribite algo de Katyn y los otros animales que estaban del otro lado.

Maria Gracia dijo...

Otra vez Mr.Groncho obligándonos a pensar.Cuando se pone en movimiento la maquinaria del Mal, es tan imponente su avance que paraliza cualquier intento de rebeldía. Acá se ha hecho por imperio de esta ideología un regreso forzado a la época de la conquista.Frente a eso la impotencia y la aceptación. Los pocos casos individuales en los que se esté en contra, son rigurosamente sofocados, a través de la burla y desacreditación. No queda otra que la resiliencia

MM dijo...

Hege, lo de Katyn da para mucho. Lo voy a hacer.

Hegeliano dijo...

Te tomo la palabra. Es como lo de Zhúkov engañado hasta sus ultimos dias por Stalin con el cadaver de Hitler, una locura.

O lo de De Gaulle y su ladero Le Clerc que cuando llegan a Inglaterra en los preparativos del dia D le hacen una misa a Juana de Arco, que los ingleses habian quemado 500 años antes.

belulaaa dijo...

Muy bueno, Groncho. Ya te había leído algunas veces y te escuché por radio con Noriega. Un lujo todo esto.

Hace poco leí acerca de un modelo experimental sobre la esperanza. Porsolt test se llama. Se los resumo: las ratas, si creían que las iban a salvar de morir ahogadas fuera porque 1) rescataban a alguna de sus compañeras o 2) las sacaban de peligro un momento y las volvían a meter, toleraban muchas más circunstancias, estímulos negativos y por más tiempo hasta morir de agotamiento. Sino, morían eneseguida. 3 días versus 15 minutos.

Con varios saltos acrobáticos de fé e inferencias dudosas, quizás podamos conjeturar que hay eventos, noticias, etc. que al devolver cierta ilusión a las personas, les dan esperanza. Sin embargo no sé si es esperanza la palabra, como fé en que las cosas van a mejorar solas, o más bien resignación en vez de desesperación total, ya que, a diferencia de las víctimas del holocausto, los jubilados tienen bastante más libertad de acción y no la usan tampoco.

Seligman llama eso "learned helplessness": ante reiteradas veces que las cosas no salen como queremos, o nos lastiman, etc. la persona perdería la sensación de control o de que puede tener alguna injerencia sobre los acontecimientos. Ej: mujer golpeada, víctima de mobbing/bullying que perpetúa la situación pudiendo pedir ayuda o escaparse. En el caso de los jubilados, con cada gobierno que viene, o promesa política o suba marginal de sus ingresos, se esperanzarían - evitando un suicidio o quemarse a lo bonzo en plaza de mayo - pero al ser decepcionados y sometidos una y otra vez a actos de inseguridad, a la mas abyecta pobreza, a la pérdida de todo rol social, y estando muchas veces enfermos y solos, quizás dejen de sentir que pueden hacer algo para cambiar su situación. Según el modelo, aún cuando tienen opciones (¿manifestarse, ir a los medios?) no lo hacen.

Es interesante que en los experimentos de Seligman la única forma de que los perros se alejen de la descarga eléctrica no es ni una recompensa ni una amenaza de algo peor, sino, el acto mecánico de que los investigadores les muevan sus patas y les muestren así como mover los músculos para salir de la trampa. Y no basta con una vez, sino varias. A riesgo de hacer una simplificación muy chanta, ¿quizás una punta del mantel sea esa necesidad de que alguien nos muestre exactamente cómo se hace?

José Luis dijo...

belula, hay una frase de Orwell, en 1984, que dice: Until they became conscious they will never rebel, and until after they have rebelled they cannot become conscious.

Nunca se rebelarán si no toman conciencia, y no es posible tomar conciencia si uno no se rebela.

Es un catch-22.

Nico dijo...

Me parece que los "desesperanzados" olvidan algo: no todos murieron en los campos, no todos los judíos fueron aniquilados, no todas las ratas mueren, sino lo contrario. Díganle a los prisioneros que liberaron los aliados que era al pedo tener esperanza. Díganselo al enfermo de cancer que, desahuciado por la ciencia, cura sin explicación (ni siquiera lo llamo milagro). La esperanza es una condición: mientras hay vida hay esperanza. Un ser vivo sin esperanza, ya está medio muerto. Abrazos que bueno que volvió el Groncho!

Anónimo dijo...

Mr. Groncho,
Muy bueno su post, en la medida que invita a la reflexion Sin ánimo de quitarle mérito, me atrevo a señalarle que se le han deslizado dos errores.
1) La foto no es de Babi Yar. Es una foto notoria que fue interceptada por empleados del correo polaco en una carta que un soldado aleman mandaba a su casa. En el dorso hay una inscripcion que dice Ucrania 1942. Accion judia, Ivangorod.
2)En Babi Yar fueron asesinados 33,771 judios. Es la cifra registrada en el informe oficial
generado y archivado por la burocracia nazi.

Chiclana dijo...

En Bosnia pasó algo parecido, y lo que más me impactó no es la falta de resistencia de los musulmanes, es la negación de los negociadores, la infinita hijadeputes de la ONU, ya en las primeras ciudades conquistadas por los serbios hubo matanzas, violaciones y fosas comunes.

belulaaa dijo...

Lo leo, lo entiendo, pero no lo entiendo. Gracias José Luis.

Anónimo dijo...

Una preguntita Groncho:

¿Donde estabas cuando los jubilados tenían que arreglarse con míseros 150 pesos mensuales cobrados muchas veces con atraso, en una época en la que un sueldo basura era 10 veces mayor? Y no tenían dos aumentos anuales. Reflexiona sobre eso.

Carlos.

Unknown dijo...

Hola a todos y todas (obvio)
Estimadísimo Groncho :
Descubrí tu blog hace un tiempo ya. En un momento todo se paralizó y hoy estoy súper contento de verte de nuevo groncheando de lo lindo.
Seguí así groncho. No creo que nada mejore, pero al menos me río de buena gana en medio de la debacle.
Saludos grasosos

Anónimo dijo...

Dos temas operativos,
1) clave canalizar la rebeldía en organización so pena q la rebeldía aislada fracase precozmente y transmita aún mayor desesperanza
Para organizar, el mayor enemigo son los impacientes, pero a la vez son imprescindibles para implementar después
En resumen, organizar dando sentido de proyecto, anima corazones, típico testimonio de resistentes en los campos
2) Luego, liderar la rebelión.
Saludos,
@pepinosielbreve