El tiro del final

Lo lindo de éste país es que de cualquier huevada se arma un escándalo que dura meses. Y las cosas importantes, como la tontería ésta de la inflación, mantiene menos atención pública que la expectativa en el programa de Nicolás Repeto. Boludeando, casi se le pasó el verano al Gobierno y a nosotros.

Porque si dedicaran 25 minutos al día todos los cráneos que nos aturden por TV en resolver el tema inflacionario, que en poco tiempo derivará en despidos, miseria y desesperación, algo tendría que surgir. Y como ya se sabe qué opino, tal vez la solución sería sin estos tipos de por medio. No hay que ser un genio para darse cuenta que el país va derechito a una tragedia política, económica y social.

Grave denuncia: La verdadera Cristina sería la que
aparece como Edecán. La de adelante es un holograma.

Por mi parte, me gustaría que se vayan YA. Pero acepto que la mayoría piense que hay que aguantarlos. Pero reivindico para mí el carácter de primer destituyente (porque había que ser destituyente cuando ni siquiera había asumido Néstor). Y solicito que se me explique el valor práctico de seguir aguantándolos.

La inversión que no se generó ya no se va a hacer en 2010. Y no sólo apunta a capitales multinacionales, que hace bastante no apuestan cinco mangos en nosotros. Sino que se atrasa todo. El tipo que quería poner una pizzería, el que necesitaba dos empleados más, el que pensaba blanquear a su doméstica. El que soñaba cambiar el auto o comprarse una motito 50 cc. Todos esperan porque no sólo en 18 días la inflación les fumó el sueldo, sino porque no se entiende un carajo lo que pasa.

Y la verdad es que no pasa nada. Nada.

Triste: Tutankamón se habría negado a venir al país
hasta tanto se normalicen las instituciones.

Summer 2010 for drummies

El despelote arranca cuando luego de hacer las cuentas les dio 90 mil millones de pesos de déficit fiscal. Para controlarlo necesitaban dinero. Como ya no nos presta ni Hugo Cávez al 14 anual, había que poner en orden las deudas con los privados, para que a su vez, los privados, nos prestaran otra vez.

Pero por esas cositas de la Ley y la Constitución, el pago de deuda privada debe pasar por el Congreso. Es decir, alguien tiene que saber, en línea, a quién y porqué se le está pagando qué cosa. Seguramente muchos militantes del campo nacional y popular, como Néstor Kirchner, hace unos meses, en un gesto patriótico compraron bonos que no valían ni un mango con setenta y ahora, de casualidad, se pondrán en fila para cobrarlos a un buen precio. Por eso es que los muchachos quieren saber y de paso, ante nada más interesante, romperles las bolas un rato.

Un Bicentenario a todo culo:
El sueño de millones de argentinos

El gobierno quería hacerlo sin control y de paso sacarse a Redrado del medio. La Justicia dijo No. Y cuando esperábamos que una comisión especial del Congreso también dijera No al desplazamiento del presidente del Banco Central. Julio Cobos dijo Sí. Después la Justicia volvió a decir que no. La oposición se juntó y le volvieron a decir que No. De paso se quedaron con las Comisiones más importantes del Senado y se espera que ocurra lo mismo en Diputados.

¿Qué significa ésto? Que ahora en lugar de pagarles las putas al oficialismo le pagaremos los chongos y las locas a la oposición. Mientras tanto la yegua que se veía venir el veto del bendito DNU, decidió bajarlo y reemplazarlo por otro igualito, más para provocar que para resolver. Y de pasó se chupó 6.500 millones de dólares. La Justicia que ya se está reacomodando en el post Kirchnerismo se lo volvió a bajar.

Arrancan las Olimpíadas barriales. La joven promesa Brian Gómez
entrena confiado para los 100 metros llanos con un garrón a cuestas

En el medio de todo esto apareció Menem. Inflado como torta frita. Rubio alto y de ojos azules. Semanas antes tuvieron que operarlo al loco. Lilita, Pino, Bullrich, Morales, hasta Giustiniani y los socialistas de Santa Fe que por un ATN habían entregado hasta a sus hijas, se calentaron y comenzaron un festival de nenuncias judiciales.

Finalmente la perra se piró definitivamente y entró en una etapa compulsiva. Prendo el tele para ver fútbol y está ella. Estamos cenando y está ella y su troupe de aplaudidores en mi aparato. Con cara de orto, con su tonito de mierda. Describiendo sus alucinaciones y lo que ya es sintomático del derrape: Bravuconeando y amenazando que hará lo que se le cante el orto.

Comerciantes locales preocupados porque la marcha de la política
impacte negativamente en el clima de negocios y las inversiones

Resumiendo: Todo está como en diciembre cuando se encabritó Martín Redrado. Salvo el detalle de que, como la oposición durmió desde las elecciones de Junio pasado, ahora no hay muchas salidas, salvo la Gran Zelaya. Que es la que está buscando el kirchnerismo.



Y así, entre pitos y flautas, nos gastamos 70 días. 35 en pitos y 35 en flautas.