Doomsday

A fines de siglo, cuando Duhalde soñaba con que podía ser presidente con el peronismo dividido y miles de tipos creían que lo que necesitábamos era un poco de transparencia y que un estadista como De la Rúa nos podía sacar ilesos de la crisis que vivíamos, me hice milenarista. Pero pasaron los meses y lo único jodido que pasó fue que tuvimos que comprar papel higiénico de segunda marca y ver por TV como la monada le robaba mercadería a los super chinos.

No hubo sectas que se apoderaran del mundo, no se dio una vuelta Satán en persona, ni pasó nada que no creáramos nosotros mismos. Ahora, fanáticamente, veo la serie Fringe, pero lo único raro que pasa en mi barrio es que la municipalidad no me levanta las bolsas de basura.

Hace unos meses, la cumbre de Copenhague tiró al carajo las teorías más agoreras sobre los efectos del calentamiento global. Está claro que porque usemos desodorantes en aerosol no estamos condenando el futuro de nuestros nietecillos. Cuando se acabe el petróleo, si no se ponen las pilas en alcanzar combustibles alternativos, andarán a pata. ¿Qué problema, si de paso evitamos la contaminación?


Si bien existe la hipótesis de que un meteorito del tamaño de la mitad de Mercurio avanza en una dirección que podría ser el sistema solar, recién en 100 mil años aproximadamente se podrá establecer su dirección correcta. La idea del Armageddon con Bruce Willis salvándonos es re copada, pero no va a pasar hasta que vuelvan los dinosaurios.

Después nos enteramos que la tierra se movió de su eje a raíz del terremoto en Haití. Bueno, finalmente llega el fin del mundo como nos predijo la peli 2012. Pero si prestamos atención el movimiento de rotación se alteró en un 0.00105 grados y que se mantenerse, recién dentro de 250 mil años se advertirían efectos en las mareas y el corrimiento del Ecuador actual. O sea Nada.


Ahora anuncian que la Tierra entraría en una mini Era de Hielo. OK, nos asustamos, Habrá que convivir con Manny y otros personajes de la película. Pero si seguimos leyendo, la temperatura global bajará 0.2 grados y que será imperceptible, no solamente porque sólo son 0.2 grados, sino porque seguimos en una etapa de calentamiento global. O sea, naditas.

El invierno pasado creció la interesante hipótesis de que el Doomsday finalmente nos alcanzaría. Una epidemia bien democrática que nos borrara del planeta, o por lo menos al 45 por ciento del total. Ya nos habíamos comido el verso con la Gripe Aviar, pero volvimos a caer en la tentación. Compramos alcohol gel, barbijos, nos encerramos en casa, acaparamos churros, latas y carne congelada, pero nada. Volvió el calor y ni siquiera el Dengue nos afecta en general (los pobres no cuentan, por eso son pobres y viven en lugares de mierda con Formosa).



Luego nos anoticiamos que el movimiento sísmico en Chile también nos pudo mandar al diablo, o al menos corrernos. Los títulos indican que la tierra se movió a raíz del desplazamiento de las placas tectónicas. Bien, nos estamos yendo al carajo finalmente. Pero no. Si prestamos atención, nos corrimos 4 centímetros y sólo sistemas de posicionamiento global sofisticados pueden detectarlo. Tranqui, el GPS que le pusiste al VW Gacel para viajar de Laferrere a la Nueve de Julio no lo va a registrar. O sea nada. Nada.

Mi pregunta es simple: ¿Cuándo mierda viene el fin del mundo?