Un mundo perfecto

El periodismo argentino tiene esa capacidad de convertir un evento importante en odio. Estudiantes de La Plata estuvo 48 horas en cadena nacional. Es cierto que debe haber medido bien en el rating, pero acá le dan parejo y lo único que logran es saturar a todos. A todos menos a los Pinchas. Pero no sean injustos con Estudiantes. Peor hubiera sido la cámara fija en la entrada de la clínica en la que operaron al Gitano Sandro de América.

Que el micro salió de Ezeiza. Que se trabó en la entrada a la Richieri. Que se perdió y se metió en una Villa. Que ya está en Dock Sud. Narda Lepes cocinando una torta con los colores del Campeón continental. Los movileros con sus cámaras en 7 y 50, obviamente hablando boludeces en continuado. Dos internados con Gripe A con los camisones pintados de rojo y blanco amotinados en la terraza de un hospital. Guillermo Moreno diciendo que ganamos 6 a 1 y Aníbal Fernández convenciéndonos que lo de Estudiantes sólo es una sensación.

Todo era irreal. Cristina Fernández emocionada saludando a Sabella y preguntando si nosotros necesitamos también dos Plasmas de 42 pulgadas. El que estuvo bien es la Brujita Verón que le pidió a la presidente que nos pase el nombre de su contador personal para ver si con los recursos del Club podemos comprarle a Boca el pase del negrito Ibarra.

"No hubo ayer en la tierra ciudad más feliz que La Plata"

Néstor Kirchner rescatando que logramos el título sin el aparato de la vieja política. Lilita Carrió confirmando que había recibido un mensaje del más allá en el que Zubeldía y el Rusito Prátola mandaban un saludo al equipo y advirtiendo que iba a investigar cómo hicimos para llegar hasta acá sin un mango. Los tamberos regalando leche con témpera roja y Amado Boudou enviando 400 mil cartas del ANSES y del Ministerio de Economía a los vecinos platenses.

El micro que traía a los jugadores avanzaba más despacio que la distribución de la riqueza. El gordo D´Elía diciendo que el único que corta autopistas es él. Que nos odia por ser los blancos de la ciudad, que la hazaña (o la lasagna) era la de Gimnasia que habían estado a dos minutos de jugar en la B y que con una cometa bien kirchnerista habían comprado a los arqueros Nereo Fernández y Capogrosso.

El que estuvo genial fue el intendente Pablo Bruera quién parece que sigue en campaña. Copado mal en gastar dinero que necesitamos para otras cosas, se mandó una hora de fuegos artificiales y les regaló una plaquita que debe haber costado medio millón de pesos. Le pone onda, pero se ve que compra caro y mal. De todas maneras tiene razón: Entre quedarnos sin presupuesto el mes que viene o esta semana, no hay diferencia. Igual la monada se va a quejar de que no hay plata para los comedores, ni el mantenimiento urbano.

Entre pitos y flautas hace una semana que no se trabaja en La Plata. La gente, por acá, ni se enferma y los chorros postergaron todo para la semana que viene. La parálisis le cae muy bien a Daniel Scioli ya que no desentona con la dinámica de su gobierno. Dijo que está decidido a ponerse las pilas en cuanto el Pincha gane el Mundial de Clubes. Y si no ganan, asume como Diputado Nacional, ya lo tiene decidido.

Todos los pinchas prometimos algo si ganábamos la Copa. Los Jueces de la provincia ofrecieron dejar de recibir coimas, atender el tráfico de influencias y al menos trabajar cuatro horas por día. En la Gobernación se comenta que se prometió que se firmarían las órdenes de pago de expedientes en los que no estuvieran incluidos los retornos que exige Pepe Scioli.

Se comenta que Adrián Pérez de la Coalición Cívica y Morales de la UCR ofrendaron dejar de hablar sobre la nada una semana, trabajar en algo productivo y no ir a ningún programa de TN por un mes. Patricia Bullrich comprometió lavarse el pelo y Gabriela Michetti agarrar un libro. Dicen que Francisco de Narváez, flamante vecino platense prometió ver qué es eso del Plan de Seguridad con lo que le rompieron las pelotas toda la campaña.


Yo por mi parte, como el Diego, estoy alejado de las pasiones humanas. Simplemente prometí largar la Napolitana con fritas y el Dulce de Leche, pero ahora no sé, estos muertos no ganaron nada.