El nombre de la rosa

Por esas vueltas de la vida, en 1991 trabajé para Raúl Alfonsín. Como siempre, yo estaba del lado de los perdedores. Repudiado y odiado por millones de argentinos que tenían presente la hiperinflación del 89, los Stubrin, al Changui Cáceres, Leopoldo Moreau, Jaroslavski, Nosiglia y otros personajes, salió de su escritorio y decidió reconstruir la Unión Cívica Radical.

Claro mensaje a Cobos: "Si querés los granaderos
te vas a tener que morir como Alfonsín".

Casi en soledad, con un grupo de dirigentes -no tanto los que habían gozado del Poder-, sino los otros, que lo seguían acompañando por el desierto con una anchoa en el bolsillo, comenzó a armar lo que se llamó el MODESO. Me habían contratado para organizar los actos y las movidas de Prensa en el interior y el conurbano de la provincia de Buenos Aires.

Ibamos a eventos en los que a veces había 40 personas, y él daba su discurso como si lo hiciera en la Plaza de Mayo en 1983. Siempre igual de enérgico, afectuoso y firme. Siempre con una palabra de aliento y esperanza. El 90 por ciento de esos dirigentes y militantes me trataban con desprecio porque se sabía que, aunque me declaraba antimenemista y antiduhaldista, era peronista y no renegaba de ello.

Una vez, en Junín, ya en 1992, en su habitación del hotel, haciendo bromas sobre "mi peronismo", me atrevo y le digo -Doctor, si usted supiera lo que lo he puteado. Él me toma del brazo y me dice: -Espero que algún día pueda hacerlo cambiar de idea sobre mí. La foto es de ésa tarde, previa a un acto organizado por los hermanos Itoiz.

Junin 1992. David Hirtz, Mr Groncho y Raúl Alfonsín

Para qué iba a hablarle de lo que había sufrido durante su gobierno, de la persecución política de una manga de inútiles como los que tenía en mi lugar de trabajo. En ésa época era delegado gremial y una vez hasta mandaron a dos karatecas (democráticos) a pegarme. Cómo iba a olvidarme de la malaria general, la corrupción de su gobierno, sus políticas antipopulares, de ajuste y represión, y las veces que había pintado en las paredes de mi ciudad "Contra el hambre y entrega de Alfonsín".

Ése año fue el peor para la UCR. En las Legislativas del 93 sacaron el 17 por ciento de los votos frente al arrollador Plan de Convertibilidad del Carlos y de la máquina de hacer asfaltos de Duhalde. Renuncié haciéndome cargo de la responsabilidad que me tocaba por los resultados, aunque en realidad y como buen groncho, ya había conseguido algo mejor y más divertido.

Raúl Alfonsín tenía eso, un magnetismo especial, la capacidad de embrujarte sin necesidad de alzar la voz. En un país con dirigentes tan mediocres, burros e incultos, era una isla en pleno mar. Por eso será amado y odiado sin remedio, como todos los que han dejado huella en nuestra historia.

La buena noticia es que el perdón disuelve el pasado.

"Stat rosa pristina nomine, nomina nude tenemus" De la primitiva rosa sólo nos queda el nombre, conservamos nombres desnudos. Le dejo a ustedes el interpretar el significado de la frase. Yo me quedo con uno que leí hace tiempo "lo que nos queda de la rosa es su nombre".



Para distender, un poco de buena música y un videoclip ingenuo y sano de este cantor purmamarqueño.

Memo Vilte. Mi dulce veneno.

Nosotros pocos, felices pocos

Ya es 2 de abril. Si algo tiene el viejo Alfonsín es su coherencia. Se murió en las vísperas de un nuevo aniversario de la recuperación de nuestras Islas Malvinas. Los medios siguen con sus cámaras en las interminables filas del adiós, y nuevamente ocultan la dimensión de esta fecha. Durante todo su gobierno mantuvo, aplicó y perfeccionó la política de desmalvinización de los últimos meses del Gobierno Militar. Escondió a nuestros combatientes, sus usinas culturales impusieron la idea de que eran "loquitos" o los "pibes de la guerra", pero 27 años después los seguimos honrando.

GAA4. La última pieza que combatió

Mientras lo medios siguen hablando de él, aquí van nuestros respetos, cariño y reconocimiento a nuestros héroes combatientes de Malvinas.

Banda de Hermanos

“…porque a partir de este día y hasta el fin del mundo, ya que en él seremos recordados; nosotros pocos, felices pocos, banda de hermanos; pues el que hoy vierta su sangre conmigo será mi hermano; por villano que sea, este día le hará de noble rango: Y muchos caballeros de Inglaterra que ahora están en la cama, se considerarán malditos por no haber estado aquí. Y les parecerá mísera su valentía cuando hable alguno que combatiera con nosotros el día de San Crispín.”

Enrique V. Shakespeare