La verdadera revolución

Con el lanzamiento de la Fase II del Programa "La fiesta de unos pocos la seguirán pagando todos" el gobierno anuncia orgulloso la estatización de las pérdidas de las AFJP. Lo plantean como una verdadera revolución.

Luego de 10 años haciéndose ricos a costa de los boludos que aportabamos al sistema privado, absorverán los millones de pesos juntados y el 20% que perdieron este año al comprar obligadamente títulos de la deuda argentina y seguramente vendrán incluídos en el paquete los miles de promotores de las AFJP.

Promotores de AFJPs: una fuerza laboral dispuesta a incorporarse
al empleo oficial y a las barricadas piqueteras para la Liberación Nacional

Ahora, al menos, nos libraremos de los cargosos que nos llamaban a toda hora para contarnos de las bondades del sistema. Ahora serán empleados públicos, así que tal vez hagan uno o dos llamados al mes.

Si la mano sigue así, el Estado terminará asumiendo a los vendedores de líneas de Movistar, a las empleadas de los Call Centers de Telefónica y a los boludos que por dos pesos cruzan semáforos en rojo para entregar una pizza caliente.

El Delivery. Los orgullosos trabajadores que llevan comida caliente
a las mesas hambrientas de la Patria deberían ser estatizados también.

Estos son los peores y más peligrosos: Creen tener un trabajo y están jugados en la vida, son peores que los fumadores de Paco. Estos por la mísera propina son capaces de morir felices en un paso a nivel con la barrera baja, o en una avenida a contramano.

En la escala biológica están por debajo de los guardiacárceles y los remiseros, y por poquito, arriba de los mandriles y los monitos Tití. Lamentablemente Charles Darwin no tuvo oportunidad de analizarlos ni de buscar en qué punto se separaron del Cromagnón.

La versión progre de los motiteros de delivery son los motoqueros porteños. Son como los repartidores de pizza pero con conciencia social por el orgullo de haberles tirado piedras a los federales el 19 y 20 de diciembre del 2001.

La fuerza de la convicción.
Todo pasa menos los cuidacoches

Esta fauna, surgida en los noventa, se niega a morir. Se completa con los "coleros" de las casas de cambio y nuestros compañerazos los cuidacoches y los limpiavidrios, adaptados de una manera extraordinaria. Si fueran parientes del Tigre de Tasmania, éste no se habría extinguido a principios del siglo pasado.

Pero la pregunta del millón es ¿Dónde han ido a parar los trabajadores de las canchas de Paddle y los asadores de Parripollos? ¿En qué se han reconvertido?, ¿Qué sindicato les dará amparo?

La revolución genética

Una profesión que no se ha desarrollado completamente en el país es la de donadores de esperma. Y no es porque falten pajeros, sino porque hay mucho racismo. Todos quieren bebés rubios de ojos azules. Y en el Tercer Mundo los rubios se las rebuscan mejor.

Basta de avergonzarse. El chino Navarro candidato de
Lomas escondió en la última campaña su rostro usando caricaturas.

Si por un lado es difícil ser blanco en un país de negros (somos muchos los que arrastramos heridas emocionales de las miradas de centenares de tipos cuando el 1º de enero nos sacamos la remera en la playa); la portación de cutis evita caer tan bajo. Pero que muchos seamos blancos en este país de negros no implica que no tengamos derecho a ejercer el resentimiento.

Si pudiera me haría donador de esperma sólo para cambiar el frasquito con los fluídos de mi vecino, que es más negro que la noche negra. ¿El amor por la Cumbia Villera se alojará en algún recodo de la cadena de ADN?.

¡Pinamar 2009. Allá vamos. Perón o Muerte, Venceremos!
Dejá de reirte gorilón que te vamos a hacer un par de pibes

La verdadera revolución es llenar de negros las casas de los garcas. Ya que no podemos ir por sus houses de ensueño en sus barrios privados, habría que iniciar una campaña para que en cada cuna, en cada carpa de CR y UFO Point de Pinamar, en las guarderías de los gyms de Pilar, en cada salón de té de Cariló, donde sea, haya un bebé peronista garantizando la continuidad de la estirpe.

Pero tampoco hay que discriminar por nivel de instrucción: Apuesto $100 que también podríamos inseminar a las rubiecitas con el linaje de los docentes que se cagaban a palos en la puerta de la jefatura de Gobierno porteño al grito de "la carpa no se va". O los compatriotas que ponen su cara ante cámara y dicen orgullosos estar en contra del cambio de horario porque "es algo complicado acostumbrarse".

Jovenes úteros fértiles del conchetaje nacional
saludan la fundación de la Segunda República

Les dimos la oportunidad de ejercer el liderazgo de este país, como en la época de Pellegrini y Roca. Ni siquiera quisieron seguir el ejemplo de la clase dirigente de Brasil y México. No, estos tipos no quieren soñar un país mejor, no quieren construirlo y dirigirlo, sólo rapiñar lo que se pueda, como todos nosotros.

Nos dejaron librados a una manga de ignorantes, mediocres y cobardes. No estuvieron a la altura y ahora se viene la Revolución Groncha. Como la Hora de la Espada, de Lugones pero más berreta. Algo así como "La hora del Chori".

Compañero Tula, semental peronista
para la nueva revolución

Porque hay blancos de piel y blancos de alma.