El Pingüino Emperador

PERIODISTA.- ¿Es usted otra pingüino o pingüina, como dice Kirchner?

CFK.- Pingüino es una pertenencia regional, de afecto entrañable. Además, les recomiendo a todos que vean el documental excelente que es “La Marcha de los pingüinos”, que es una defensa de la vida. Después de ver la película dije: si la raza humana tuviera que hacer lo que hacen esos pingüinos para poder proseguir con la especie, la Tierra estaría deshabitada.


PERIODISTA.- Les vino justo la película.

CFK.- No sé si vino justo, pero la película está y no la hizo ningún argentino, vino desde afuera, la hizo la National Geographic y es una película excelente. El símbolo es la defensa de la vida y el esfuerzo y el sacrificio para defender esa vida.

Casa Rosada.gov
viernes, 23 de junio de 2006

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El dilema del Prisionero

Recién hace unos días ví por Cable el documental La marcha del Pingüino Emperador. Confieso que me dispuse a verla al recordar que la actual presidente de la Nación había dicho en un reportaje que la película era digna de verse y con el sólo objeto de encontrarle el pelo al huevo.

El documental, bastante aburrido, aunque con imagenes muy bien logradas, intenta describir el derrotero de los pingüinos desde los sitios de nacimiento y cría hasta el mar. El guión humaniza a los bichos éstos para hacerla más entretenida, cuestión que lo inhabilita como testimonio científico.

Pero en ése camino recordé el ejemplo que Richard Dawkins (padre del estudio de la memética como ciencia) utiliza en el libro -altamente recomendable- El gen egoísta. En la Antártida, al comienzo de la primavera, miles de pingüinos inician esa marcha de cientos de kilómetros en busca de alimento. Cuando llegan a las costas no se tiran al agua. Se quedan quietos esperando que otros lo hagan primero. Es que abajo esperan focas también hambrientas dispuestas a cerrar el ciclo de la vida.


Durante horas permanecen quietos observando el movimiento de las aguas, y se ha comprobado que llega un punto en que los pingüinos de atrás empujan a los de adelante para que sean devorados hasta saciar a las focas.

Dawkins analiza que si los píngüinos se tiraran a la vez y en cantidades, lograrían despistar a las focas y las posibilidades de ser devorados bajarían ostensiblemente. Sin embargo ninguno salta. El ejemplo da una nueva visión al análisis del conocido Dilema del Prisionero Lo impresionante de esta conducta es que llevan jugándola por miles de años como si fuera la primera vez. No aprenden de la herencia ambiental que en algún punto se convierte en genética en otras especies pero no en los pingüinos Emperador.

Por otra parte el autor cita el ejemplo de los murciélagos Vampiro que sí demuestran la capacidad de colaborar. Cuando escasea el alimento, las hembras permiten que otras las muerdan y beban de su sangre para mantenerse con la energía suficiente para seguir en la búsqueda de proteínas para sus crías y ellas mismas.


Pero esta práctica no es generalizada, es una especie de altruísmo recíproco. Se permiten las mordidas entre las hembras que colaboran y sólo entre las que salen a cazar. No colaborar, entre los pingüinos y los murciélagos, entre otras tantas especies, es perjudicial.

Otro hecho conocido y muy analizado desde varios puntos de vista, es el ocurrido en la Navidad de 1916, cuando las tropas francesas, inglesas y alemanas decidieron, por fuera de sus mandos y a lo largo de 350 kilómetros del frente de combate, un cese al fuego. Los soldados rompieron la lógica del incentivo individual de "te mato porque me quieres matar". Ese equilibrio corporativo se rompía cuando colaborar era la estrategia salvadora de la vida.

Los invito a analizar el Dilema del prisionero. y acá sobre el conflicto de intereses del dilema.

En el Blog de Gorrión, un Seductor Subversivo (que es de lo más logrado y respetable de la red), se analiza la "Magia y hechicería en la mentalidad argentina". Imperdible

Hoy no se me cae una idea.