Nada a nadie

Murieron asfixiados 33 presos en una cárcel en Santiago del Estero, que técnicamente era inocentes. Hace un año murieron 16 en otra de Magdalena, provincia de Buenos Aires. Los presos no les importan a nadie. Los viejos tampoco. Los chicos tampoco. A nadie le importa nadie.

Atraparon a Marcos, el narcoperuano de la villa 1.11.14 del Bajo Flores, que se escapó por un chiquitín justo justo, cuando lo iban a "detener" hace unos meses. Estaba en Paraguay tomando mate y comiendo chipá.

A nadie le importa un carajo que se produzca cocaína en el país. Todos se rasgan las vestiduras por el Paco, que no es otra cosa que el desperdicio de la cocinada de Cocaína que consumen todos: jueces, fiscales, policías, políticos, periodistas, ingenieros, etc..

Lo que nos jode del Paco es que los zarpados nos quieran robar y nos maten por nada. Nos cae muy mal ver a los pibitos de 10 años inhalando pegamento, pero nos importa un carajo el Paco y los fumancheros que se matan por nada.

Fueron 500 mil los dólares que les pagó el país a los abogados que llevan "nuestro caso" en La Haya por las papeleras, tema, que ya no le importa a nadie, ni a los de Gualeguaychú, que están más ocupados en armar el carnaval y prepararse para el verano.

Los colectiveros anuncian un paro en el conurbano por la cantidad de robos en los horarios nocturnos. A nadie le importa nada de los choreos de pibitos que se hacen los malos con una viejita de 80 o un albañil en la parada del 129 en la Rotonda de Alpargatas.

Y si el micro tarda una hora 45 minutos en llegar, puteamos, pero nos importa nada, no se protesta, nadie se queja. No pasa nada.

Nos importa un carajo el colectivero, la viejita, el albañil los pibes chorros y la puta que los parió. Queremos que no nos rompan más las pelotas. Todos, sin exclusión.


Que la inflación real sea del 24 por ciento nos jode, pero no nos importa. Peor sería tener que pagar la pregaga, el alquiler, el colegio de los chicos y los servicios actualizados al costo real de la vida. Para eso está el Hugo Moyano, para defender nuestros derechos sociales.

La Primera Dama, en otro arranque de lucidez interpretativa anunció como novedad una teoría que es más vieja que Zulema Yoma: La del "Estado amigable", como contraposición del "Estado Ausente" de los noventa.

Mi teoría es más simple: propugno por un "Estado que no me rompa las pelotas", que se basa en un pacto social (tan de moda ahora) en el que el Gobierno se hace el que gestiona para nosotros y nosotros hacemos como que estamos muy bien con ellos en la medida que no avancen sobre nuestros derechos, y fundamentalmente en que NO DIGAN QUE LO QUE HACEN LO HACEN POR NOSOTROS. Es decir, que no nos tomen por pelotudos, que no es mucho pedir.

En cualquier momento escribo la ponencia cuando resuelva un pequeño detalle: alguna vez nos puede tocar a nosotros perder en esta lotería del nadie nada.