Pasiones berretas

Las elecciones en Capital Federal permitieron que afloraran las pulsiones más profundas de la clase media ilustrada. Ilustrada respecto que saben cuál es la Capital de Francia o dónde queda Bruselas.

Pero mayoritariamente embrutecida, primaria y elemental. Porque convengamos que el debate sobre derecha o izquierda no es tema muy arraigado que digamos, ni en las clases más altas ni en las más bajas (justo justo dónde Mauri sacó más votos).

Las diatribas presidenciales llamando, cual Taras Bulba a las hordas mongolas a luchar contra los búlgaros,o la Pasionaria convocando a los vecinos ya derrotados de Madrid al "No pasarán" de las tropas franquistas; hicieron menos efecto que el llanto sin lágrimas de Nino Dolce en un arranque de abstinencia merqueril.

De la misma manera que en un país con memoria real algún miedito hubiera despertado el discurso del Licenciado muy inteligente de Filmus en la primera vuelta proclamando desde un hotel porteño que "irían a buscar a las casas" a los que no confiaron que llegarían a la segunda vuelta. Pero, sabemos, éste país es joda.

Faltaba sólo Mirta Legrand diciendo como alguien que comentó en este blog que se "viene el fachistaje", tan absurdo como pensar que un presidente que declaró por derecha un patrimonio de nueve millones de pesos, que los hizo siendo abogado de las mayores empresas petroleras del país y de la mano de la usura y la ejecución de tipos arruinados por la circular 1050 de Martínez de Hoz en el proceso, podría abrirle la puerta al "zurdaje".

Pero así y todo, las mismas viejas chotas de Palermo que hace unos años, cuando vieron que asumía el mersa de D´Elía, amenazaron con licuar sus departamentitos que tenían en alquiler por temor a las expropiaciones, ahora se ponen contentas porque Mauricio Macri pondrá las cosas en orden.

Salvo la forzada algarabía de 500 tipos que en Che Tango gritaban luego del escrutinio (que festejaban más por el cargo que ocuparán en diciembre que por el justo triunfo de las ideas) ; y de las lágrimas, también forzadas de los otros 500 tipos que acompañaron a Filmus y que se quedarán sin el puto contratito de $2000 pesos en el Gobierno de la Ciudad, no hubo grandes pasiones.

Muchos se sintieron contentos, como éste Groncho que escribe acá, porque pase lo que pase, lo de Tierra del Fuego y lo de Capital le da un poco de aire fresco a la democracia y a las instituciones. Contentos, sí, pero 9.20 de la noche ya pensábamos en nuestras cosas, no es que salimos a tocar bocinas por el barrio.

Ni tan pelados ni con dos pelucas.