Loco lindo

Todo comenzó durante la madrugada del día anterior. Cuando Novaro se dirigió junto a su novia al departamento del albañil que trabajaba en su casa. El abogado estaba preocupado porque pensaba que lo estaba perdiendo.

Primero amenazó con matarlo si renunciaba, luego con agujerearle una mano con la perforadora que sostenía la rubiecita embarazadísima de su compañera. Dijo el albañil en su denuncia, que le reclamaba “lealtad” y para demostrarlo le haría un agujerito.

Es que todos sabemos lo difícil que es conseguir buenos empleados y no es cuestión de perderlos así porque sí.

Después todo se complicó: la novia, otra loca linda, durante la madrugada, con tres grados de temperatura tenía ganas de tomar helado. Salió. Los de GEOF la detuvieron. Novaro pensó que más difícil que conseguir otro albañil sería conquistar otra novia, y se desencadenó la tragedia.

Llegaron más policías que para cubrir Tigre-Chicago (Bien ahí Aníbal Fernández, tanto despliegue y pasó casi desapercibido cómo tuvo que hociquear Kirchner frente a Mauricio Macri). El tipo se negó a entregarse y gritó que de allí lo sacaban muerto. Casi lo logran.

Durante siete horas disparó 300 tiros y finalmente lo redujeron con uno en la ingle. Resultado: Está en el Fernández. Se ruega no hacer visitas.

Si los canales de TV ayer comieron todo el día con esto, bien puedo yo tirar hasta el mediodía con el recuento del tema.