Mierditas en la línea

Cualquier grasa hoy por hoy tiene celular. La cartelización del servicio lo tienen CTI, Personal o Movistar. Hay que reconocer que son democráticos. No le dan bola a todos por igual, al que gasta $ 900 y al que tienen una tarjeta prepaga de $10.

Todos, alguna vez, nos cruzamos o nos cruzaremos con personajes subhumanos como los operadores de los Call Centers de las empresas de telefonía celular. Soretes inviables, siervos de la gleba ¡El Feudalismo ya fue y ellos siguen siendo esclavos!.

Se creen vivos porque saben teclear una PC, pero se pasan 10 horas por día en una pecera iluminada por un tubo fluorescente.

Piensan que tienen una vida afuera de sus auriculares, hacen teatro, o artesanías y viven hacinados con otros pordioseros como ellos.

Terminaron a duras penas la secundaria y tienen aspiraciones de carrea universitaria, colándose en el tren que los trae de Malvinas o José C. Paz.

Mierditas de la vida. Creen ser libres porque viven un un país con democracia.

Tienen sus sitios pedorros como éste o éste, dónde destilan su odio desclasado y su angustia por ser "nadie".

Medran en ciudades como Mendoza, Rosario o Córdoba, e impostan la voz para maltratar al usuario porque son unos resentidos sociales. Pero igual se les nota que son pobres tipos con buena dicción.

Son menos que un gardiacárcel, un remisero o un motoquero de delivery de pizzas. Son invisibles. Y tienen el coraje de un hamster al pedir trabajo digno cuando no se lo merecen.

Mátense todos de una buena vez, linyeras.